Láser dental
Tiene múltiples aplicaciones clínicas en odontología. El alcance de las mismas lo hace un instrumento muy versátil para el odontólogo.
Es un rayo de luz altamente enfocado que remueve tejido infectado, o el exceso de éste, al vaporizarlo literalmente.
El láser tiene la capacidad de distinguirlo respecto del tejido sano, por lo que es un mecanismo muy conservador, concentrándose en retirar el tejido no deseado. Al mismo tiempo el láser genera un efecto de alta desinfección en la zona donde se aplica.
El uso del láser dental en nuestra consulta hace posible tratamientos dentales más precisos y de mayor calidad. En Odontología utilizamos diferentes tipos de láser.
Ya sea una persona asustadiza, delicada o alérgica, los tratamientos láser harán que pierda definitivamente el miedo al dentista.
¿Qué es la tecnología láser?
La palabra LASER es un acrónimo del inglés Light Amplification by Stimulated Emission of Radiation, o sea luz amplificada por emisión estimulada de radiación.
Gracias a la energía concentrada que se encuentra en la luz láser podemos utilizarla para efectuar distintos tipos de tratamientos odontológicos.
¿Cómo funciona el láser?
Cuando la luz entra en contacto con el objeto, como por ejemplo la caries, se inicia un proceso de remoción gradual y controlado del tejido no deseado.
El láser tiene la capacidad de distinguir a éste del tejido sano, por lo que es un mecanismo muy conservador que permite preservar la mayor parte del diente, concentrándose en retirar el tejido enfermo.
Al mismo tiempo, el láser genera un efecto de alta desinfección en la zona donde se lo aplica.
¿Los láseres son seguros?
Estos equipos son extremadamente seguros y no emanan ningún tipo de radiación nociva para el cuerpo.
¿En qué pacientes se usa el láser?
El láser puede ser utilizado en todo tipo de pacientes, incluyendo adultos, niños, mujeres embarazadas, personas con marcapasos y pacientes que generalmente tienen dificultades especiales para realizar tratamientos convencionales como son aquellos que tienen reacciones negativas en el uso de anestésicos, pacientes con problemas renales, etc..